EL FUTURO DE EUROPA EN EL MUNDO

Sin embargo, la posición de Europa en el mundo se está debilitando. En 2060 la población europea representará menos del 5%, será la más vieja del mundo en 2030 con una edad media de 45 años y con una de las mayores esperanzas de vida del planeta. Su poder económico disminuirá también en 2030 pasará a representar el 20% del PIB mundial ante el crecimiento de la influencia de las economías emergentes. Consecuentemente, los sistemas de protección social tendrán que modernizarse para seguir siendo sostenibles y operativas frente a la nueva situación. Un proceso que sin duda generará nueva tensión entre países y contribuirá a cuestionar aún más la credibilidad y la utilidad de las instituciones europeas.

 

Un mundo menos seguro

Se hace necesario reflexionar acerca de terrorismo y en incluso en su forma menos convencional -ciberterrorismo-. Nuevamente crece el debate acerca de la necesidad de implementar a la protección y disuasión tradicional de la OTAN, precisamente cuando más se pone en duda su utilidad, el desarrollo del futuro ejército europeo, ya como pleno ejército o como resultado de la unión de unidades especializadas de los distintos miembros adscritas temporalmente a las necesidades defensivas de la UE.

 

Un mundo más pequeño y pobre

Las presiones migratorias abren debates claros sobre la solidaridad, la seguridad y la responsabilidad entre los Estados miembros, así como el debate sobre la gestión de las fronteras europeas.

 

La recuperación de la economía en la UE es un hecho, pero sus efectos no se distribuyen de manera uniforme entre las distintas sociedades y regiones de la UE acercando a la actual generación de ciudadanos a unas condiciones de vida peores que las de sus padres planteando dudas acerca de la economía social de mercado, poniendo de relieve la necesidad de completar la unión económica

 

Un mundo más verde y sostenible

Europa debe seguir comprometiéndose con la reducción de emisiones nocivas. Ya somos líderes en ciudades inteligentes, en la lucha contra el cambio climático y el uso más eficiente de los recursos naturales y energías renovables (40% de las patentes mundiales son europeas). Es necesario reforzar en lo económico los resultados sociales, reforzando la solidaridad entre estados y creando una economía más inclusiva, competitiva y preparada para afrontar un futuro sostenible.

 

Cuestionamiento de la confianza y la legitimidad.

El proyecto europeo cuenta con apoyo que no es incondicional. Una mayoría cercana al 80% apoyan las cuatro libertades fundamentales. El 70% aceptan el euro. En términos generales un tercio de los ciudadanos de la UE confían en la UE. No contribuye a cerrar la brecha entre promesas y cumplimiento y generar sentimiento de pertenencia, la complicada arquitectura de la organización europea en la que se combinan o se suceden el nivel europeo y el de los Estados miembros. Las redes sociales pueden cambiar la forma en la que funciona la democracia facilitando las consultas y la forma en la que interactúan, no solo los gobiernos con sus ciudadanos sino los ciudadanos de diferentes países entre si. A todo esto, hay que añadir el nacimiento de un nacionalismo duro e intransigente, populista que pone en cuestión los valores europeos y el espíritu de cooperación que animó el nacimiento de la Unión. Ya por ideología política de extrema derecha, bien por cuestiones claramente de índole económica, la UE duda ante los flujos migratorios y se replantea nuevamente su papel y su influencia en el mundo.

 

El libro blanco. Los cinco escenarios. El futuro

Desde los partidarios de seguir en la misma situación, los que se centran en el mercado único, los que desean ir a más, los que mantienen la necesidad de consolidar lo obtenido antes de afrontar nuevas metas hasta los que defienden la necesidad de ir más allá conjuntamente en materia de Mercado único y comercio, Unión económica y monetaria, Schengen, migración y seguridad, política exterior y defensa, presupuesto, capacidad de obtención de resultados. La elección de un escenario u otro se verá condicionada nuevamente por la economía y por la fortaleza que demuestre Europa en política exterior y en defensa del Libre comercio.